Quien lo encuentra se lo queda
Keiko Kasza
Una ardilla desprevenida encuentra una bellota en el bosque. Para celebrar su golpe de suerte exclama: “Quien lo encuentra, se lo queda”… y entierra la suculenta semilla para merendar en otro momento. Encima de la bellota deja su sombrero como señal, hasta que decida regresar a recuperar su tesoro. El viento, sin embargo, empuja el sombrero muy alto hasta que aterriza en las ramas de un árbol donde un pájaro se alegra por su golpe de suerte y exclama “Quien lo encuentra, se lo queda…”. Un divertido juego de fortuitos hallazgos: las cosas llegan sin que las estemos esperando. La estructura repetitiva y el humor atrapan junto con las emociones.