La apreciación de algunos conceptos que aquí se desarrollan, como constructividad corporal, iluminaron a la disciplina y se conformaron como términos propios del discurso Psicomotor. Del mismo modo lo hizo el sentido que cobró en sus estudios la relación entre el cuerpo y el lenguaje. En un pasaje de una escena clínica, Leticia se pregunta: ¿Cuál era la intervención que posibilitaría que F ubicara a su cuerpo no como un juguete concreto, sino como un espacio sensible, imaginario y simbólico que alojaba y ampliaba su estructuración subjetiva a través de la experiencia corporal? (p. 49). Aquí encontramos uno de los principios que componen este modo de trabajo: el enlace entre los espacios de la práctica y los recursos académicos de la investigación.
Como una equilibrista, la escritura aproxima, retiene el sentido y lo lanza de manera directa y clara. Textos que se distribuyen, conformándose interdependientes uno de otros, pero recubiertos entre sí. Se estructuran en una línea conceptual en clave de trasmisión interrogativa, que nos posibilita comprender y operar en lo enigmático de la clínica y de la práctica psicomotriz.
del prólogo de Marina Chediak