NAOMI ALDORT – CRIAR A NUESTROS HIJOS CRECIENDO NOSOTROS
“Queremos educar niños ‘tigre’; niños que se conocen a si mismos y se sienten fuertes, seguros y satisfechos con su vida. Para que las cosas así sean debemos usar nuestras ‘garras de tigre maternales’ no para controlar al niño sino para protegerle de las tentativas de control por parte de alguien o alguna cosa. Protegemos la conexión del niño a si mismo.”
Para mí, el libro de Naomi Aldort fue una revolución, hasta ese momento yo había leído algunos libros sobre crianza y había asistido a charlas y encuentros, pero en ningún sitio conseguía encontrar exactamente lo que yo necesitaba, gracias a Naomí pude, por así decirlo, empoderarme, entender que tenía que confiar en mí, en mis hijas, en el proceso, que tenía que apagar el ruido que me llegaba en forma de miedo, vergüenza y culpa.
Lo que propone Naomi en su libro no es un manual de instrucciones para niños, con todas las situaciones y las respuestas, más bien justo lo contrario, su libro, y estoy segura de que su taller presencial aún más, me hizo cuestionarme cosas que por un lado me chirriaban y por el otro había asumido que tenía que ser así, que no había otra manera, que no quedaba otra opción. Hoy sé que salirse de lo “standard” es duro, mucho, pero más duro es sentirte forzado a hacer algo que todo tu ser te dice que no es lo que tienes que hacer.
Naomi me ayudó a librarme en su día de muchas creencias limitantes, a través de su experiencia como consultora de crianza y los diálogos y experiencias de otros padres que comparte en su libro. Porque es así como aprendemos, cuestionándonos los pensamientos que nos llegan a través de la conversación (en este caso de la lectura), y en el caso de los niños también del juego.
Y es que Naomi además de ser consultora de crianza también es madre unscholler (un tipo de aprendizaje en el hogar en el que los niños no siguen ningún tipo de currículo externo, solo aprenden siguiendo sus intereses) y conoce también la gran importancia que tiene el juego libre en la infancia y en definitiva toda la vida.
En definitiva lo que propone es permitir a los niños SER, porque ya son, en vez de cambiarlos para sean como nos gustaría que fueren, como si fueran una prolongación nuestra, de nuestro ego. Y para poder poderles permitir a ellos crecer siendo, nos tenemos que educar a nosotros mismos, quizás sea ese el verdadero regalo que traen los niños, la capacidad de tener una nueva oportunidad de construir una versión mejorada de ti mismo y ofrecérsela de ejemplo.