La psicosis interroga, inquieta; por preconización de los protocolos, sin siquiera escuchar a los pacientes… La enseñanza de Lacan acerca de la estructura psicótica, y la noción de psicosis ordinaria, brindan una brújula. El autor identifica los anudamientos originales que caracterizan la psicosis ordinaria, un modo que así resulta estabilizado.
Cuando falta lo que sujeta el nudo de lo real, lo simbólico y lo imaginario, el sujeto es perturbado por fenómenos elementales. Hay que localizar signos discretos reveladores de un anudamiento restaurado, aunque no borromeo, que permita acoplarse a un lazo social. Aquí descubrimos muchas invenciones de los sujetos para suplir la función paterna: creación de un sinthome, apuntalamiento en una identificación, ensamblaje del ego, orientación según un fantasma, etcétera –suplencias que el analista favorece y sostiene.
La clínica de la psicosis ordinaria desemboca en el extravío del goce contemporáneo.