Ana P. de Quiroga en su texto Matrices de Aprendizaje trabaja la configuración de los sujetos en el proceso de conocimiento, advierte que la posibilidad de existencia del sujeto como tal, está determinada por su capacidad de emerger de los aprendizajes que se tejen en sus vínculos y relaciones sociales a partir de necesidades manifiestas desde su nacimiento. En otras palabras, las personas necesitamos de otros para devenir sujetos, somos seres esencialmente sociales. Es más, nos configuramos en una praxis transformadora, en una relación dialéctica mutuamente modificante al decir de Pichon-Rivière. En este sentido, no sólo somos una síntesis de nuestra trayectoria vincular y social sino también de nuestros aprendizajes.
«Es un texto actual importante para quienes buscamos entender los procesos neuropsicologicos del ser humano»
Jairo De Jesus Jimenez