Y la verdad es que no me ha decepcionado.
“Jugar” es un libro atípico, como muy ecléctico. No habla todo el rato sobre el juego, aunque es uno de los protagonistas. Es una oda a la infancia, a lo maravilloso de esos años, a las infinitas capacidades de los niños. Invita a replantearnos nuestra concepción de esa parte de la vida como la más importante de todas, pero no para bombardearla con la intención de que haga esa famosa función de esponja, sino para preservarla, para alejarla de elementos tóxicos, para admirarla y ser sus guardianes.
No sólo leemos las palabras de André Stern (que por cierto, ignorante de mí, no sabía que era hijo de Arno Stern xD), que nos habla constantemente de su propia infancia y de la de su hijo, sino que además hay textos de varios “artistas invitados” repartidos por todo el libro, “artistas” a los que se presenta adecuadamente y cuyas palabras por lo general están muy documentadas. Todos ellos comparten con André su mirada hacia la infancia.
Se trata de un libro más bien corto y fácil de leer, y la verdad es que al principio pensé que, aunque me gustaban las palabras, no me iba a aportar gran cosa, pero la verdad es que me equivoqué. Al acabarlo me ha dado bastante lástima no poder seguir leyendo. André Stern no tiene pelos en la lengua y habla muy claro y de manera muy crítica sobre el sistema actual. Así que es un libro para aquellos que tienen ya esa misma mirada de fascinación y respeto, o, por supuesto, y mejor todavía, para lo que están en proceso de transformación.
Y, poco más tengo que decir, pues es difícil explicar mucho más sin entrar en las muchas reivindicaciones que hay ya tan bien escritas, que prefiero que las leáis directamente, así que dejo aquí algunas de mis favoritas, y para las demás, tendrás que leer el libro 😛